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TALLER 3: LA AUTOEXIGENCIA Y LA HERIDA DE CULPA

Sanando las heridas del niño/a interior

Sanar la relación y las raíces con los padres
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Muy a menudo, en nuestra infancia, hemos pensado que algo de lo que habíamos hecho no estaba bien. Ese pensamiento nos llevó a actuar de cierta manera para sentirnos más queridos o seguros con nuestros padres o cuidadores.

El sentimiento de culpa es un sentimiento social y adaptativo que cumple la función de hacernos sentir seguros de pertenecer a un sistema, a un grupo humano. Hasta aquí todo bien.

Pero cuando hablamos de la herida de culpa, no hablamos de esta culpa adaptativa que cumple su propósito y desaparece, sino de una culpa desadaptativa, una sensación profunda que se fija en nuestro interior y nos hace sentir como si hubiéramos hecho algo malo. Esto nos empuja a autoexigirnos portarnos bien para ser queridos o valorados constantemente.

Hay un juez interno que nos dice que ciertos comportamientos están mal y nos exige obedecer reglas rígidas.

Si nos salimos de esas reglas, aparece la culpa. Es como si dentro lleváramos una capa de alquitrán que nos impide probar cosas nuevas, brillar y mostrar nuestra fuerza y claridad.

La investigación de esta herida de culpa es uno de los ejercicios más fascinantes que he vivido en mi vida. Nos ayuda a conocer la historia y los anhelos frustrados de nuestra infancia, de la vida de nuestros padres y ancestros, y de nuestra cultura. Nos invita a abrirnos al conocimiento y al corazón.

Cuando nos exigimos comportarnos de una manera determinada y no de otra, nos volvemos personas muy sensibles a la acusación y perdemos el contacto con nuestras necesidades.

Si no somos atentos, o cuidadosos, o no nos preocupamos por el otro, o no nos esforzamos y sacrificamos, aparece la culpa. Nuestro software interno ha quedado desactualizado.

Imagina que surge una oportunidad maravillosa para viajar en Navidades. Se lo cuentas a tu familia, te dicen que para ellos está bien que lo hagas… pero aun así no lo haces porque te sientes culpable. Crees que estás haciendo algo malo y te exiges actuar según las reglas de una parte de ti que considera que eso es lo correcto.

Encontraremos muchos ejemplos donde el miedo proviene más de un recuerdo antiguo de peligro que de un peligro real.

En el caso anterior, aunque tu familia dijera que les sabe mal y que les gustaría estar contigo, podrías decirles que entiendes su dolor, que a ti también te encantaría compartir con ellos, pero que esta es una ocasión que quieres vivir. Incluso podrías proponer una fecha alternativa o conectarte online.

Sin embargo, cuando estamos atrapados por la herida de culpa, perdemos acceso al amor y a la creatividad.

Una vez escuché una historia maravillosa:

Un maestro preguntó a sus alumnos si creían que un niño se traumatizaría si su madre o padre se olvidaba de recogerlo en la escuela, mientras todos los demás ya habían sido recogidos, y tenía que esperar dos horas.

La mayoría pensó que sí.
Pero el trauma no lo causa la situación en sí, sino la manera en que se maneja.

Si el padre o la madre, al llegar, abraza, escucha y sostiene a su hijo con presencia y dignidad, ese niño no se traumatiza porque se regula a través del amor. Esto lo vemos también en los animales: una camada de leones puede quedarse sola mientras la madre caza, y al regresar ella los lame y regula con su amor.

Por el contrario, si el padre o madre llega estresado, avergonzado, disculpándose en exceso o intentando compensar con un regalo, es esa culpa la que genera el trauma.

La herida de culpa, en el fondo, es una herida de falta de amor y de regulación.

Este es un taller de mucha belleza, que quiere acompañarte a profundizar en una herida pegajosa y sutil, para que puedas ir desprendiéndote de ella y aprendiendo a relacionarte desde tu honestidad y presencia.

Aprenderás a dar toda la presencia que quieras cuando quieras, y también a ser honesto y responsable afectivamente cuando otras necesidades deban pasar por delante de esa parte que tanto se preocupa por los demás.

¿Qué es la herida de culpa?

¿Cuándo?

fecha por concretar

Fecha charla:

por concretar

Horario: Sábado de 9 a 20h y domingo de 9 a 19h con pausas para comer


Precio:

180€


¿Dónde?

Anunciaremos el lugar unos días antes, será en la ciudad de Barcelona.

TESTIMONIOS

Quiero dar las gracias a Santi y su equipo por toda la organización y cuidado en este retiro. Cada actividad propuesta y su acompañamiento, cada música, los momentos de silencio ofrecían calidad al retiro. Quiero agradecer también a Santi por el respeto hacia cada una de las personas del grupo. En mi caso particular, por el profundo respeto hacia mis necesidades. Hizo que me sintiera libre de ser yo misma y a la vez parte del grupo. Mil gracias.

-- Neus --

Salgo de este taller con una sonrisa. Muy agradecida por todo. El taller te hace ver muchas cosas de ti mismo y reflexionar. Salen a flote muchos sentimientos y dolores escondidos. Recuperar mi niña interior ha sido conmovedor y muy especial. Lo recomiendo a todo el mundo. Gracias por todo Santi!

 

-- Anna --

Experimentar este taller con Santi ha sido un regalo para mí. Me siento llena de Vida y gratitud por todo lo transitado. Agradezco y valoro de Santi su calidez, sabiduría y su forma de acompañar al grupo, estos ingredientes son los que crean (para mí) la magia. Ha sido potente el encuentro con mi niña y reconocer mis heridas con compasión y amor. Luego del taller, tuve un sueño en el que estaba embarazada: ¡qué regalo! Gracias Santi por tu confianza, entrega y calidez.

 

--Maru--

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